De la reproducción a la producción en la era de internet
PLOT 64 2022
La relevancia histórica de Google y su éxito radican, por tanto, en su presciencia y habilidad técnica para automatizar la memoria colectiva, dotando de poder de decisión a la tecnología mediadora y, tal y como había sucedido con la fotografía, omitiendo al ser humano en su definición. No obstante, el vector cultural resultante de este proceso de automatización no se dirigió hacia la colectivización de la verdad, sino hacia su absoluta subjetivación. Y es que, gracias a los motores de búsqueda y a su estructura hipervincular, la World Wide Web no solo da acceso a la aparente totalidad del conocimiento humano, sino que dota de identidad a la totalidad de sus partículas.
En este medio, cada palabra, cada fotografía, cada grabación y cada dibujo se transforman en un nodo significante que puede conectarse, en teoría, con cualquier otro de los infinitos nodos que construyen la red. Y lo hacen a partir de los inputs no ya individuales, sino instantáneos, que la reconfiguran a cada momento. Es por ello que, volviendo a Sadin, la memoria que gobierna este entorno informacional “no busca borrar las diferencias ni uniformizar los regímenes”, sino “exaltar al máximo cada circunstancia singular”. La inflexión que la World Wide Web ejerce sobre lo cotidiano se caracteriza precisamente por esa habilidad para someter el conocimiento a un doble movimiento de individuación y expansión asociativa.